sobre el pintalabios que viste
-adiós flor, adiós mar-
mientras la señora de enfrente vuelve a marcarte
-eres suyo, eres suyo, eres suyo-.
Pigmentos con derecho a roce.
La ceguera tiene toda la pornografía encerrada bajo llave,
a los autobuses domados, los primeros asientos son míos,
a la gente apartándose a su alrededor.
La noche que se hace, se viste,
mamá sombra trágame,
se esconde en los apartamentos más recónditos,
tierra sabor puta,
tierra a 30 grados
de alcohol en las venas.
Mamá tierra escóndeme,
y te oculta, te besa, te mima.
Mamá tierra perdóname
y los gusanos te comen, te besan, te extinguen.
Tírate de nuevo a la carretera si tienes ovarios,
sociedad.